En 1560 el pintor Flamenco Pieter Brueghel pintó un cuadro donde retrató todos los juegos que conocía. Esta obra contiene 86 juegos tradicionales, muchos de los cuales han llegado hasta el Siglo XXI. Podemos encontrar las Tabas, juegos con muñecas a los que solamente juegan niñas, hacer pompas de jabón, jugar con los aros, romper una piñata o usar unos zancos. Muy dispares todos, para jugar en grupo, en pareja, o sólo. Juegos que necesitan de herramientas o piezas como la petanca o la peonza, y juegos en los que sólo se necesita imaginación como jugar a decir misa o a casarse o trepar a un árbol.
Este óleo se conserva en el museo de Kunsthistorisches de Viena y recoge juegos tradicionales de la época. Los juegos tradicionales son los que se transmiten de generación en generación, dentro de la familia, y van sufriendo adaptaciones según las circunstancias de las personas o los momentos históricos.
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